El término intrusivo en el ámbito de la publicidad digital y redes sociales se refiere a que, aunque alguien nunca haya solicitado algo, ésto de forma repetitiva, invasiva y persistente, le llega sin permiso o consentimiento al dispositivo electrónico (sea un celular o una computadora) de la persona que lo recibe.
La comercialización
Ha evolucionado, “antes” (hace algunos años) el receptor elegía de una manera natural y sencilla lo que quería o lo que rechazaba. Bastaba con que tomara su decisión para probar, oír, ver, comprar, aquello que se le ofrecía. Hoy los procesos de comercialización digital pasan en muchas ocasiones por alto esta elemental opción que tiene el receptor de decidir sobre el recibir o dejar de recibir los comunicados digitales.
El primer acercamiento
Quien recibe, deberá en conciencia saber que un primer mensaje siempre será la manera en que la comunicación se inicia, quien envía, deberá atender a la decisión del receptor a fin de continuar o suspender la comunicación.
Una comunicación sana
El emisor deberá respetar la decisión del receptor (aceptación o rechazo). Deberá mencionar y dejar lo más claro posible el formato en que el receptor recibe el mensaje. Si es en formato masivo (grupal), si es bajo un formato selectivo (difusión controlada), es decir, el receptor es un contacto preferente de la entidad emisora, si es bajo formato controlado (evitando sea tipificado como SPAM).
Una postura ética
El envío de comunicados o mensajes debe a su vez cumplir con códigos de ética básicos como:
- El adecuado sector al que va dirigido
- El máximo respeto posible a usos y costumbres
- La transmisión de contenidos benéficos o de oportunidad
- La cantidad controlada de mensajes que llegara al receptor
- El evitar generar situaciones de malestar o agobio
- El evitar ambigüedad o falsedad en el mensaje
Capacidad de decidir
En nuestra época y con la ventaja de la comunicación móvil, el principio sobre la posibilidad de decisión entre lo que desea recibirse y lo que desea rechazarse debe ser el diferencial que marque la postura ética de cualquier tipo comunicación. Como receptor se debe seguir teniendo la posibilidad de aceptar o rechazar comunicaciones, ser intrusivo sin contar con este privilegio, nunca será deseable en ningún tipo de comunicación.